Reclama tu Poder

¿Cuándo fue la última vez que te dijiste algo bonito al verte al espejo?
Esa misma pregunta me hice cuando descuidé mi salud llegando a pesar 79-80 kilos, mi matrimonio se acababa, era miserable en mi trabajo y no reconocía un día del otro, prácticamente no convivía con mi hijo ni frecuentaba mis amistades.
Esa era mi realidad, esa era mi vida. ¿cómo cambió tanto? 
*Reinicié mi vida espiritual (a mi manera, re-estructurando creencias y conociendo mi diseño humano)
*Implementé el autocuidado (el glamoroso y el difícil)
*Fui a terapia psicológica
*Para no hacerte el cuento tan largo, me enfrenté y responsabilicé de mi vida
Lo comenté en un video recientemente, cuando yo siento que las cosas no salen como quiero, mi tendencia es empujar la responsabilidad a alguien más, suena así:
”como voy a tener tiempo de pintar, si tengo al niño encima todo el día y tu ni me ayudas”
Suena familiar? inclusive si no tienes hijos, es tu mascota, tu trabajo, tu familia, tu pareja, ponle el nombre que tu quieras.
parece que las mujeres estamos constantemente buscando la manera de olvidar el poder, talento y fuerza que tenemos dentro, parece que tenemos esa programación antigua de que solo tenemos un propósito, el cuál si es tu vocación es perfecto, pero ¿qué tal si no es todo lo que quieres hacer?
Quiero enseñarte las cosas que me ayudaron a mi salir del hoyo en el que me metí por olvidarme de quién maneja mi vida, quién es la prioridad y la mejor inversión ¡Yo! y en tu caso, ¡Tu!
  1. Reprogramé mi diálogo interno. 
    Dejé de hablarme como no le hablaba ni a la que me caía mal, basta de "no puedo", "debo de", "soy tonta", cualquier palabra que le diga a mi subconsciente que soy una persona que no alcanzará nada o que no puede alcanzarlo, ningún comentario limitante, "por ahora es complicado ver esa posibilidad"
    Si te niegas a ti misma el beneficio de la duda, la posibilidad de que suceda lo que quieres, entonces estás frita.
    Esto cambió reafirmando lo que si existe y soy y aquello que aún no logro, decir, "aún", "pronto", etc. Me veo como la obra en proceso que soy, y si me tardo en lograr algo no me lo reprocho, porque sé que lo más importante es mi determinación y mi compromiso conmigo misma.
  2. Me comprometí a respetarme: si, no respetarse a uno mismo, es posicionarte para tener rencores con los demás y nunca llegar a tus metas.
    *Cuando me determino a lograr una meta, platico y siento la decisión (sobre todo por mi autoridad emocional) y cuando me siento 80% segura de mi compromiso, lo empiezo, esto me permite entrar con mi energía alineada gracias al entendimiento de mi autoridad y además me da el espacio de entender mis rutinas, revisar mis demás compromisos y termino balanceando mejor mi carga. Ahora esto es sólo la etapa inicial de respetarnos, la consideración, porque también está la ejecución, así que imaginemos por un momento que inicio un reto fitness (alimentación sana, ejercicio y recreación) bueno, si yo elijo un reto para expertos cuando voy iniciando, no es muy sensato de mi parte, puedo lograrlo pero se sentirá muy complicado y puede desalentarme más de lo que me motiva. Por eso busco hacer pasos, pequeños para entender como interactúan con el resto de mis actividades, compromisos o con como me siento.  
    *Respeto que yo voy primero, antes que todos los demás que están en mi vida, primero yo, porque tengo la tendencia de complacer a los demás, hacer actos de servicio y poner las palabras de afirmación hacia los demás, esto cuando no lo comprendía me jugaba muy mal, porque en vez de que fueran momentos de calidez, cariño y constructivismo, terminaban en ira, insatisfacción, frustración y reclamos. Porque me preguntaba ¿Por qué no haces por mi, como yo por ti?, ¿Cómo no puedes hablarme como te hablo? Es un claro reflejo de como necesitamos nosotros honrarnos con los mismos dones con los que apoyamos a los demás, al poner el amor que generamos en nosotros primero, todo el amor externo es adicional, es bello, no es obligado ni condicionado, se vive más libre y se logra comprender a los demás, más allá de lo que nos deben.
  3. Aprendí a quererme IMPERFECTA
    Esta fue una lección muy difícil de implementar, que de vez en cuando resurge y me enseña algo más. No puedes empezar del todo tu viaje de crecimiento personal y espiritual si te niegas a reconocer tus partes oscuras (sombras), defectos, problemas o traumas. 
"Si no lo ves, no lo puedes arreglar."
Es por esto que personalmente tuve que aceptar, mi cuerpo como jamás lo había visto y no quería aceptarlo, me enojé, lloré y patalee, pero vi al espejo y dije, "no vuelvo a hacerme esto". No era justo para mi familia ni para mi vivir, comer y estar como lo hacía, son años de vida menos a su lado, es no poder seguirles el paso y esconderme de los demás (redes sociales y vida social). Esa fue una de las lecciones que más he trabajado, mi aceptación física, mi viaje de salud y bienestar.
Fuera del tema físico, hay realidades que no quería afrontar, dolores que no quería sanar, personas y problemas que no quería soltar. Aprendí que todo aquello que no me sirve (me estresa, enoja, preocupa, da ansiedad, deprime, etc) no debe formar parte de mi vida, así que pedí perdón y di mis mejores deseos a las personas (ni siquiera tuve que realmente tener las conversaciones, sólo aceptarlo). Me abracé fuerte cuando entendí que no había nada que resolver en algunos de esos dolores.
Vas a darte cuenta que, poco a poco vas a tener espacio en tu mente y corazón, verás la vida distinta, brillante y revitalizante, personas maravillosas llegan a ocupar el espacio de quién dejaste ir, y todo porque aceptaste, agradeciste y soltaste.
Entendernos imperfectos nos hace también tener compasión con nosotros mismos, una cosa que no muchos son capaces de otorgar (ni para sí mismos y menos para los demás), este sentimiento es muy importante para reconocer nuestros errores pero no dejar que nos tiren a la lona, esto provoca brincar frecuencias mucho más rápido

Si vas empezando tu viaje aplica estas 3 costumbres, te llevarán más lejos que muchas prácticas y técnicas. Si ya empiezas a ser más fogueado en este tema espiritual/personal, intenta esto:

  1. Meditaciones sin guía: muchos podemos meditar con un audio guiado, pero deja las guías a un lado y haz las prácticas de manera personal inclusive sin música si quieres ejercitar más tu concentración, esto es una gran manera de prestar atención a que pensamientos brincan a ti, también a comprender que tanto afecta tu entorno tu reacción. Recuerda, la meditación nos permite reducir lo exterior,  lo superficial, y concentrarnos en lo maravilloso de la vida en nosotros.
  2. Sé honesta con tus límites personales y ejércelos: si son temas, noticias, personas, películas, todo lo que entre a tu mente es un rol en tu vida. Si tienes claras tus metas, objetivos y la persona que quieres encarnar hoy, pregúntate ¿qué consume mi versión 2.0? ¿qué tipos de películas, libros, influencers, etc? Ayuda mucho a tu sistema reticular a encontrar las cosas que son para ti, a manifestar porque te mantienes con la apertura y espacio para recibir y en la mentalidad correcta para discernir cada cosa que se presenta
  3. En tus momentos de caos, agradece: Todo lo que se rompe, se desbarata o deshace, es una gran oportunidad de reconstrucción, de análisis e introspección. Es fácil agradecer por las cosas buenas, pero agradecer por las grandes lecciones es lo que nos abre la mente a entender los aprendizajes 2x más rápido, una gran manera de que el universo nos pone a prueba y terminamos con la recompensa de saltos cuánticos, manifestaciones constantes y bendiciones en nuestra vida.
Gracias por leerme, es muy importante para mí conocerte y entender cómo puedo ayudarte en tu viaje personal, regálame un comentario sobre como esto te ayuda o que te gustaría que profundizara en mi próximo post :)
-Isabel Siller
Anterior
Anterior

Priorizarte es una necesidad

Siguiente
Siguiente

Las emociones